El fotógrafo, el café de las 11:00 y dos
marcapáginas.
Todo finalizó en el “parking” de una superficie comercial, o
centro comercial o como lo quieran llamar, allí estaban, en forma de uve,
atrapados en la ventanilla delantera izquierda de mi Citroen Saxo 1.5 Diesel.
Los dos marcapáginas mostraban la portada de un libro, “La Piscina de Bethesda”
la primera novela de Roberto Llorente Infante.
“Procura siempre compartir la gloria con tus hombres, pero
que note ciegue la avaricia.” Página 156.
Cuando en mi Red Social vi la foto de un amigo fotógrafo, José
Ramón Ibáñez Lanchares, como no, en su perfecta ejecución de las fotos en
blanco y negro, me quedé sorprendido, le conocía, he compartido mucho tiempo
con él y muchas charlas del deporte rey como malos entrenadores que somos. La
cuadrícula mostraba con una perfecta sonrisa y mejor pose de Roberto Llorente
Infante en lo que anunciaba la próxima presentación de una novela escrita por él.
No daba crédito por lo que evidentemente no me quedó más remedio que utilizar
las nuevas tecnologías y utilizar un sistema de mensajería instantánea para
ponerme en contacto con él, ya que
guardo su teléfono desde hace tiempo. La respuesta de Roberto fue rapidísima y
después de charlar con el mediante mensajes intercambiando muchas “jas” me
comentó donde podía adquirir su “Opera Prima”. Raudo y veloz me hice con un ejemplar
y empecé a leer con ganas y curiosidad, tenía buena pinta.
Al día siguiente volvimos a charlar por el mismo medio y
acordamos tomar un café lo más rápidamente que pudiéramos. Escrito, leído y
hecho. El viernes 14 de Noviembre del presente, aparecí tarde como siempre a la
cita del café unos minutos después de las 11 de la mañana. Allí estaba con el
Periódico local (eso dicen) abierto en su mitad y leyendo con atención (no
sé cómo lo hacen). Después de un saludo
y mejor abrazo procedimos al café pactado (pagó él, que para eso es el famoso).
Parecía que no había pasado tiempo desde la última vez que nos vimos, y es que “nos
pusimos al día” rápida y eficazmente con una tremenda fluidez. Pero yo estaba
como loco porque me hablara de su primera novela y de todo el proceso que lleva
desde que piensas escribirla hasta que un ejemplar llega a mis “zarpas”. Aunque
siempre recordaba a Roberto enérgico, cuando me contaba la aventura de La
Piscina de Bethesda, descubrí ilusión, alegría, derroche y humildad en sus
palabras, y lo que me pareció más
brillante aún, compartirlo conmigo sin escatimar ni un solo detalle. Reconozco
que fue un café diferente, a lo mejor como aquellos que se compartían en el
Café Gijón situada cerca del Paseo de la Castellana en la Villa de Madrid, que
tuvo su final en la dedicatoria de mi ejemplar, preciosa por otra parte. El
hasta luego, que también tiene fecha, como muy tarde será el 12 de Diciembre en
la Librería Hijos de Santiago Rodríguez,
situada en El Centro Comercial Camino de la Plata donde presentará su segunda
novela.
Hoy terminé de leer
La Piscina de Bethesda, y os aseguro que me ha encantado. También puede ser que
mi opinión carezca de objetividad, pero sólo se puede salir de dudas de una
forma, leyendo esta fantástica novela. La recomiendo entre otras cosas porque
habla de los nuestros con los que compartiremos la gloria.
Gracias Rober, por los marcapáginas me refiero.