miércoles, 13 de abril de 2016

MEDIA MARATÓN CIUDAD DE SEGOVIA 2016

Ya han pasado tres días y tres noches. No soy de los que airean las “pachangas” domingueras del correr, más que nada por no hacer el ridículo. No me da vergüenza ser un mediocre del asfalto, pero después de 19 años en el mundo de las carreras populares quiero resaltar la Media Maratón Ciudad de Segovia. El cañonazo de salida emitido por la artillería militar inicia esta peregrinación de 21 kilométros con 95 metros. Carrera dura en su trazado con muchas cuestas y una gran cantidad de suelo adoquinado o pavés que a día de hoy tiene sus consecuencias en mis plantas de los pies. Os he de decir a l@s que tengáis a bien leer esta entrada, que hasta hoy es la carrera más bonita sobre asfalto que jamás he corrido. En muy pocos tramos de la misma te sientes solo. El aliento de la gente es brutal, nunca dejan de animar, es realmente increíble. Recorrer el tesoro arquitectónico y monumental que derrocha Segovia te hace devorar los metros sin que apenas te des cuenta. La gran cantidad de voluntari@s del evento me arengaban como si te conocieran de toda la vida, como si fueras parte de ellos y de ellas. Si a esto le añades que en vez de tomar un gel obtienes durante la carrera, abrazos y besos de tu familia y tienes las suerte de recibir más abrazos y muchos más ánimos de tus compañeros de batallas, esos que van tres escalones por encima de ti y que te hacen sentir uno de ellos, aunque mientan como bellacos, te hacen disfrutar de una gran mañana.

Este sentimiento no es imparcial, Segovia es la ciudad de mis ancestros, junto con Burgos es la ciudad que me vio crecer y a la cual la debo mucho, muchísimo quería decir.

Gracias a todas las gentes que dieron un color especial a las calles de Segovia y gracias a ese puñado de burgaleses y burgalesas que tanto admiro, y por supuesto gracias también mejor deportista filipino del mundo...uno que no boxea.

Si correr es de cobardes, el domingo fui un cobarde feliz.